4.8.10

Crónicas de tiempos: 04.08.10

Intuyo no tenés ni idea de lo que hiciste.
De como el planeta se resquebrajó,
hecho jirones y en el piso, tras tu peso.
Y en pose de sensible mirás alrededor.
Sos todo,
sos nada,
un invento,
lo más puro.
Tu cuerpo dice ser sincero con el interior.
Dice que cada rulo es sólo una traducción de tu alma.
Y yo lo dudo, o simulo para mí misma dudarlo (porque enrealidad de vos ya lo sé todo multiplicado por mil)
Y en el fondo me pierdo un poco,
cuando cantás
quebrado, desafinado,
encorvado.
Y en el fondo me encuentro tanto más
cuando cantás
y te siento
así de quebrado
de desafinado y de encorvado.
Cuando te presciento mío
cuando te sé mío.
Y lo sos sólo por el hecho
de que de vos ya lo sé todo y multiplicado por mil ochocientos noventa y cuatro.
Porque te sentí ahí, arriba, o abajo, en el lugar más morbidamente hermoso.
Y te supe hermoso, como nadie.
Como nadie supo saberte.
Y el mundo carcomiéndose a tus piés
indica el fin, otro fin,.
El mismo fin.
Reiterándose en el eco de lo eterno.
Lo que suponese superfluo
bajo tu mirada, tu tacto tu pensamiento
se vuelve lo más importante
lo menos mundano.
Como reír a tu lado fue lo más cercano que estuve de la espiritualidad.
Desembucho lo de adentro
sin forma
sin belleza,
sin fealdad, y sin objetivo.
Lo hago sólo por el hecho de que tengo adentro esto que es lo que más aprecio, el saberte tanto, tan mío, y saberlo desde lejos.

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Su palabra agitará mi viento