25.1.10

Tanto tiempo atrás. morbosidad.

Cayó de bruces sobre el suelo empapado de la galería. La fiesta se amotinó a su alrededor, preguntando qué pasaba. Se veía tan pálida, tan inocente, tan traviesa bajo el vestidito blanco. Tenía manchas de sangre en las manos, pero no era su sangre, su sangre tiene otro olor, ya lo conozco. Y miraba al raz de la tierra manteniendo conversaciones de pupila a hormiga como viejas amigas. Pero enrealidad no veía, tenía los ojos abiertos bien grandes como soles, pero irradiaban tanta negrura. No era nadie y era todos. Acababa de matar a mi hijo, y ese día, me enamoré

21.1.10

Crónicas de tiempos pasados.

Demoledora Dora, ¿qué cambió?
Mi cuerpo te llama en busca de repuestas. Creo que yo misma puse una barrera en mis rieles que me traba y no me deja continuar. ¿Cómo romperla? más primordial aún: ¿debo quitarla? ¿hace bien? ¿hace mal? Por ahora sigo barada, pero la inercia hace que mi cuerpo siga en movimiento, aunque el motor no me acompañe. Mis dedos te persiguen ululando crispados, eléctricos, casi violentados (tal vez más bien apasionados). Pero mis pies no pueden moverse. Es esa barrera omniciente, casi macabra, que no me deja ir a tu encuentro. Puedo gritart, batir mis dedos en el aire hasta quebrar cada falange, escribirte puedo también. Pero no puedo correr hasta vos. Y me mirás desde muy lejos y me sonreís, quizá me estés dedicando unas palabras, pero no, no llego a escucharte como tu deliciosa vos lo merece ¿Por qué no corrés hacia mí?

Crónicas de tiempos pasados.

Agrietados tus cimientos y sin ningún nuevo lugar al que ir, destruiste tu mirada y te acompasaste a un nuevo andar disolviendo tus propias lealtadas. Un día, y sin pensar, comenzaste a acelerar para no volver atrás. Embrujaste tus tierras, te estrujaste valiente contra la luz superflua. Eminoraste la marcha hasta frenar limpiamente y te recostaste sobre las piedras negras. El frío te carcomió la médula... miraste el sol, sentiste como su calor deformaba tu piel y al final te sentiste a gusto con tu sensación.

Crónicas de tiempos pasados: LIBRE EL SER



Se escabulle de sus manos, dejándolos anonadados. Pierde el equilibrio y cae. Se despedaza y se reconstruye, y si tiene ganas de volar, aletea inútilmente y así lo hará hasta que aprenda a elevarse sobre los demás. Persiste, sueña y llora. Gruesas lágrimas de abatista brotan de su mirada. Aveces casi parecen aguaceros. Pero continúa libre. Siempre buscándose a sí mismo y así lo hará hasta que aprenda a seguir sus propias emanaciones. Lo agarran y se escabulle entre sus dedos. La gente, aunque acostumbrada, sigue boquiabierta cada vez que, luego de huír pierde el equilibrio y se recupera. Cae en rutinas que el mundo le envío, pero siempre se sale con la suya.

Crónicas de tiempos pasados.

No te veo, no hay luz
Yo te espero
te busco y no te encuentro
¿Dónde estás? quiero oírte la voz
Y no tiene sentido encontrarse
si luego van a perderse
Mejor dejemos la historia así
Es mejor quemarse que apagarse
aunque sería un changüi
Hoy no sé
Ya no sé nada
Es mentira que siempre tengo una respuesta
No quiero ser
Abril de otro año

Crónicas de tiempos pasados



Quiero tu serendidad
ensuciarme con el cuero de tu pureza existencial.
Tu beso tibio y anatómico...
el tiempo te crucificó.


Se asoma la impertinencia en su mirada y se asombra la negligencia conspirada. Los cimientos de lo preciso se funden y se rinden. Es tiempo, tal vez, de un nuevo régimen. Soplando las verdades más etéreas buscan una nueva razón, ahora que su dictamen se acabó. Y se desespera ahora que sus motivos ya no motivan. Pierde la inocencia y nada vuelve. Se llena las manos de sangre y niega el crimen, se culpabiliza, tropieza en su mentira y busca la redención por sus propias manos. Pero no hay redención sin castigo. Se van hacia otra tierra dándose totalmente por vencidos a ocupar otra vez su cargo en la cima del pedestal.
Algún agosto de años atrás
Un cadáver de palabras embarulladas. Y el gato mira desde mi cama. Acurrucándose despacio en las letras, va cediendo. Crece y se achica, se hincha y se desinfla. Sorbe las sílabas. Es negro y tiene las orejitas tajeadas.

Crónicas de tiempos: 21.01.10



El ojo te mira,
sí,
te mira, te desarma y te llena a rebalsar.
Y de los poros los gemidos y las plumas de volar,
salta asustado, herido, el bicho de adentro.
Mientras el ojo mira.
Mete manitas en tus ojos y se va hacia adentro
vuelve llevando las lágrimas de las entrañas mismas
y mezclado con vísceras llorás.
Llorás.

17.1.10

Crónicas de tiempos: enero 2007



Les leñas se iban acabando lentamente. Las llamas aclamaban alimento, y los niños aclamaban calor. Vestían telas grises que alguna vez habían sido de vivos colores; azul eléctrico, rojo granada, verde manzana, fucsia... y ahora hasta el más ínfimo recuerdo de alegría y vitalidad se había borrado de sus hilos, ahora el turquesa de media tarde se había vuelto gris, todo gris, gris como sus rostros.
Los niños jugaban a que jugaban, para después dar paso a un abrupto acto de sinceridad y quedar en un silencio menos hipócrita, ensimismándose, mirando la llama, el fuego, los fuegos, el rojo el amarillo, el marrón de la madera aún intacta, el plateado de la madera prendida, los dibujos que formaba la llama, el humo y los troncos deformados: veían un corazón, una daga, una flecha, una corona y una pistola, un final, un río de sangre...
El corazón de los niños era imperturbable. Más precisos que un péndulo no se inmutaban al oír nada. Se habían acostumbrado a la vida, se habían acostumbrado a respirar, a bombear sangre, a mirar instectos y a rascarse, no se dejaban engañar por sus "¡buh!". Ellos ya conocían el miedo.
El niño más grande se echa a llorar. Luego de mantener sus lágrimas cinco años en su prisión interior, explotó en un llanto infrenable. Desde lo más hondo de su corazón emergía el ardor de un dolor expansivo, capaz de quebrar el corazón del más insensible.
El niño no sabía llorar. Había olvidado cómo se hacía. Los ruidos se trababan en su tráquea y respiraba torpemente, no comprendía la humedad de sus mejillas.
El resto de los niños se miraron espantados, figurándose la situación como el comienzo del apocalipsis... pero sintiendo, al fin, algo en sus corazones magullados.
El niño del río en sus ojos se tranquilizó un poco, sintió la excitación de la vida en su interior, la delicia de sentir aunque sea dolor. Miró a sus amigos, sus hermanos, sus compañeros, y lo que sintió fue más fuerte de lo que nadie podría soportar, mezcolanza de sentimientos dándole vuelta el alma y un único impulso irracional. El de abrazar. La onda ezpansiva les llegó, todos juntos comenzaron a amucharse, desesperados por tocar toda la extensión de piel del otro, por captar cada átomo de esencia del otro, abarcar los cuerpos enteros. Viviendo, acompañando, siendo uno y todos, y tantos.
Al fin, la leña se acabó, y con la leña el fuego, y con el fuego la luz. Pero la habitación no quedó a oscuras. Entonces los niños se largaron a reír.
enero2007

Crónicas de tiempos: 17.01.10
















Sombra que huye, te huye. Y el viento. Sombra es, que escapa y se estira, se retuerce y bosteza, gime y susurra, estornuda y se aplaca... se aplaca y cae de la tabla, al mar.
Sombra es, de ésas que corroen, no, sí, te destruyen. Sombra que viaja sin cuidados por el adentro y se abre paso entre las arterias hasta contaminarte el corpo entero, no, sí, cómo no, por supuesto, el corpo entero. Y te mirás al espejo, sí, hay una sombra que antes no estaba en tu ojo derecho. Hay una sombra y parpadeás. ¿Qué es éso? nada que importe, sí, claro.
¡Claro que importa! Es vital para el universo entero, y disculpame que te lo diga, nena, nos sinceramos y admitimos que ambos sabemos que no te importa ni un poquito el universo, pero te importa a vos. Es de suma importancia para vos. Te importa en el inhale y te importa en el aaaahhm, sí, exhale. Te importa en el izquierda y en el derecha de tu vereda. La vereda, claro, sí, cómo olvidarlo. Importa en el sí de "¿quiere un vaso de leche?" tanto como en el no de "¿Quiere una taza de café?". Te importa en la nausea del olor y en el dolor de las entrañas. Te importa en la raíz de cada pelo y te importa en cada tirón, en cada aprieta, en cada arriba abajo (al centro y adentro, cómo no). Te importa en cada aggh y en cada eeggr. Te importa en cada nota, en cada silencio, en cada negra en cada redonda y en cada Úrsula, sí, Úrsula. En cada Juan y en cada Olga. En Olga y Juan, Oh, Dios, sí, Olga y Juan, Juan y Olga. Olguita y Juancho, sí, no, tu sino. Te importa y deja de poner los ojos en blanco y simular una sonrisita altiva por que no me engañas. No, cómo podrías, sí, claro.No me engañas en éste tema y no te esfuerzes más, ya no engañas a nadie. Oh, no, not eni mor.
El exceso y/o abuso de drogas y alcohol es perjudicial para tu salud. Cuidate, nadie lo hará por vos.

Crónicas de tiempos: 17.01.10















Parece que textraño más los domingos, corazón.
Textraño más cuando es día impar. Textraño más cuando me acuesto a las 7:00 a.m. y me levanto a las 3:00 p.m. Parece, corazón, que textraño cuando estoy más solita, más en lo profundo del vacío de mi cuarto. Pero textraño cuando hay gente a mi alrededor, cuando río y pienso ojalá pudiera reír con vos. Cuando me embargo de alegría y pienso Ojalá pudiera transmitírtela. Textraño en la palabra que leo y en el cortocircuito del ventilador. Parece que textraño más cuando me duele la espalda, entonces no la pienso enderezar.
Parece que textraño más los domingos, corazón.

Crónicas de tiempos: 17.01.10
















Se eleva el pudor por las nubes. Sonrojan sus mejillas todas.
Salta hacia atrás. Calla She never come back.