21.1.10

Crónicas de tiempos pasados.

Demoledora Dora, ¿qué cambió?
Mi cuerpo te llama en busca de repuestas. Creo que yo misma puse una barrera en mis rieles que me traba y no me deja continuar. ¿Cómo romperla? más primordial aún: ¿debo quitarla? ¿hace bien? ¿hace mal? Por ahora sigo barada, pero la inercia hace que mi cuerpo siga en movimiento, aunque el motor no me acompañe. Mis dedos te persiguen ululando crispados, eléctricos, casi violentados (tal vez más bien apasionados). Pero mis pies no pueden moverse. Es esa barrera omniciente, casi macabra, que no me deja ir a tu encuentro. Puedo gritart, batir mis dedos en el aire hasta quebrar cada falange, escribirte puedo también. Pero no puedo correr hasta vos. Y me mirás desde muy lejos y me sonreís, quizá me estés dedicando unas palabras, pero no, no llego a escucharte como tu deliciosa vos lo merece ¿Por qué no corrés hacia mí?

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Su palabra agitará mi viento