31.8.10

Crónicas de tiempos: 31.08.10

Todo lo de adentro brotando. Sin que sea bello. Sin que sea artístico. Sin puntos y apartes. Simplemente la mierda. Un resumen de mi vida en sensaciones. Y ahora mismo, diga lo que diga, cada palabra va a ser tuya (Cuántas veces lo repetí).  Que les quede claro que entendí. En aquel entonces precisabas su cintura para descansar, y no mis piernas. Necesitabas empalagarte de sonrisa y de belleza olvidándote que Felicidad es a cuenta gotas, y sólo conmigo (con nosotros). Porque hay que aprender a discernir Felicidad de Ignorancia.  Que les quede claro que entendí, esa depravación contra el amor que es decir "es que fue el primero". El primero o el último, fuiste el único. Cuántas veces grite, canté entre lágrimas en mi cuarto. E igual entendí. La ofuscación de adentro se nos apodera y nos despedaza. No seas terca. Y te tuve, mierda si te tuve. Pero te tuve cuando creíste no ser más mío. No podés darte cuenta hasta que punto tu vida se funde con la mía. Simplemente seguís siendo ciego, tan ciego como yo. Ojalá pudiéramos unir lo poco que vemos y entenderlo todo. Pero no, claro que no. 'Seguí gritando' me dicen los caminos que camino. Y yo grito, grito con una sonrisa de oreja a oreja, con el pecho desgarrándose de tanto sentir. Ojalá te acuerdes de mí cuando mi profecía se cumpla. Cuando el mundo comprenda la enormidad de pequeñez. Yo quiero estar ahí, mirándote desde abajo, sonriéndote y aplaudiéndote, aunque ya no puedas mirarme, auqnue ya no puedas escucharme. Voy a estar ahí, una sombra de los pasos que no pude seguirte. Siempre fue así, sin importar cuánto doliése adentro me agarraba a la sensación y la exprimía, para que el ácido hhiciera arder mi piel sin deshacerla (aunque corriendo ése riesgo). Es lo que más amo en el mundo, a quien hago sacrificios. Pero así no puedo seguir. No puedo. El pasado me sostiene la mano y me tira hacia abajo, hacia los ataúdes bajo tierra de lo olvidado. No quiero soltarme de esa mano. Simplemente no quiero ni puedo.  Pero así no puedo seguir. Se diría que no estoy viva. ¿Pero es que acaso sentí que estaba viva más que con ésa mano? Cuando los ataúdes aún no eran muertos. Quiero dejarme caer en lo que no quiero. Descansar, un segundo. Creerme la vida de los vivos al menos por un rato. Mirar el techo y mirar el techo. Que no estés vos dándome la espalda ni devolviéndome la mirada desde el techo. Porque no estás ahí. No. Mierda.  Quiero saber que pasa adentro tuyo, conocer otra vez ése mar, pero ya no me dejás entrar. ¿Por qué? ¿De qué tenés tanto miedo? Las montañas rusas dan miedo. El vértigo siempre está. Pero dejate llevar o andáte para atrás. Sólo quiero saber que me está pasando. para saber que me pasa con lo que te pasa, y terminar de averiguar qué es realmente lo que te pasa. Quiero entrar adentro tuyo, desperezarme ahí. Revolcarme en el lugar más frío y más cálido que conocí, mi palacio de la sensación. O quiero que estés muerto. Quiero que mi culto tenga entonces más sentido al tiempo que puedo seguir viviendo sin que estés ahí para trabarme. Porque es éso, sos tanto mi traba como mi impulso. No sé que siento. Me dedico sólo a sentir. Sin puntos y a parte. Y si te echó un ratito (si es que se puede) de mí, sé que dejé correr mucho. Y no me dejé vivir. Pero es que ¿qué clase de vida es sin vos? Una que no me apetece. Al fin me estoy siendo clara. Al fin me digo todo sin tapujos. Llueve y hay truenos. Textraño. A vos también.

1 comentario:

Su palabra agitará mi viento