24.9.09

Crónicas de tiempos: 23.09.09



Cómo contrasta todo esto, la nueva esperanza con la vieja desilusión, la sonrisa infantil y la corroida sonrisa imbécil de "qué se le va a hacer". Cómo una de mis piernas mide dos centímetros de achacada depresión constante y la otra mide metros y metros de un sincero y hermosamente respetuoso "qué vendrá". Esta última pierna no se deja caer, aunque esta misma o la otra trastabillen siempre se levantará con esa firmeza infante producida por la seguridad de que queda toda la vida para que algo nuevo (y bueno) venga. Pero siempre se ve torcida por la otra, por la pequeñez, por la supuesta insignificancia de esos dos centimetros de pesimismo crónico y simbología inventada, esos dos centímetros que siempre piensan de más, y siempre dando vuelta las cosas para que todo acabe mal. La pierna de dos centímetros termina siendo más fuerte que la otra, por más intentos que ésta haga por que no sea así.
Y tan doloroso, llevo hoy en la frente, en el hilo que me dirige, la pasmosa pulcritud del recuerdo doloroso y la energía vitoreante de la esperanza a futuro, esperanza ciega y amable. Esta vez el destino podría tenderme una mano, no me importa si una mano bonita o no, sólo una mano, una mínima señal de que estoy subestimando mi pierna larga. Eso cambiaría totalmente las cosas.

1 comentario:

  1. Las partes vitales subestimadas se vuelven, a la larga o a la corta, en nuestro karma.
    que no te coma,
    que no te coma,
    que no te coma,
    que no te coma,
    AGH



    un beso verinha !
    Extrañaba andar por los callejones.

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Su palabra agitará mi viento