Inventé un paraíso... una gran bañera repleta de purpurina.
Y sólo para nosotros dos.
¿Y ahora? ¿Qué?
No.
No hoy, no mañana.
Ya enjuagué las lágrimas que ni siquiera soñé derramar.
Vacié de angustias el semblante.
Levanté mi frente.
Y salí a caminar.
Saldré a caminar.
Despacio.
Tenue... la luz, el sol, mi música.
Despacio.
Y somos hoy, sí, somos.
Mal que me pese distintos
y no juntos.
Somos.
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Su palabra agitará mi viento